martes, 26 de octubre de 2010

                                    
Arquíloco:             

Poeta lírico griego. De padre noble y madre esclava, perdió su fortuna y estuvo arruinado durante gran parte de su vida, e incluso tuvo que trabajar como mercenario para subsistir. Rechazado por la sociedad y por su amada, Neobule, hizo de ello tema de su poesía, cruda y satírica, siendo el primer poeta de la Antigüedad en tomar su propia vida, experiencias y sentimientos personales, el tema principal de sus poemas por lo que puede ser llamado el creador del individualismo en la literatura. Era aficionado a la guerra, que le inspiró sus mejores elegías, algunas de las cuales respiran el mismo sentimiento fiero y heroico que se admira en Tirteo y Calino. Su poesía es de gran sinceridad, y destaca formalmente por el uso del metro yámbico para temas satíricos, razón por la cual se le considera uno de los principales renovadores de estas formas. Sus Yambos fueron prohibidos en Esparta, ya que iban dirigidos a Neobule y a su padre, y le acusaron de haber inducido a ambos al suicidio. También escribió himnos y elegías, pero del total de su obra sólo se han conservado algunos fragmentos.

Metro yámbico: El yambo es un pie compuesto de una sílaba breve y una larga. El verso yámbico, es decir, parcialmente compuesto de yambos, tiene un ritmo muy parecido a la lengua hablada, y por ello se utilizó en composiciones familiares. La poesía yámbica era declamada con acompañamiento musical y utilizada para composiciones rápidas y por lo general satíricas, el yambo era mucho más simple y, por tanto más popular.

La Sátira: es un subgénero lírico que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la  ironía y otros métodos se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos.


  35, 3-II L.


   Le conteste a mí vez de esta manera:
"Mujer, ante los chismes de la gente
!No te quedes temblando!. En cuanto a mí,
No pienso hacerles caso, a menos que
Me vayan a alegrar. ! Anda, sonríete!
.Pensaste, de verdad, que a tal extremo
de desdicha llegue ?.!Te hice el efecto
de ser, entonces, el tipo infeliz
que ni yo soy ni es nadie en mi familia!
Mira, se como amarle, a quien me ama;
pero tambien se como, al que me odia,
se le odia y se le afrenta con palabras


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Alceo


 Alceo de Mitilene fue un poeta lírico griego nacido aproximadamente en el año 630 a.C. Natal en Mitilete, ciudad de la isla Lesbos. Vivió en la misma época de la poetisa Safo con quién se cree tenía un romance e intercambiaban poemas.
Alceo pertenecía a la clase aristócrata gobernante de Mitilene; por lo que a lo largo de su vida se entontró metido en problemas políticos y conflictos internos ya que cuando los tiranos se autoproclamaron la voz del pueblo, Alceo apoyó a su a su clase, pero cuando el bando aristocrático fue vencido, Alceo se vio obligado a emigrar de su ciudad.
Aunque de este poeta se conservan pocos fragmentos, se sabe que compuso himnos religiosos y guerreros, poesías amorosas y sátiras políticas. Los versos de Alceo transmitían el coraje que debían tener los guerreros, pero igual siempre hablaba del compañerismo y de celebrar en fiestas, tomando vino y divirtiéndose. También se le atribuye la invención del metro lírico llamado alcaico.
                   



Odas                                                           

VIII
¿Qué utilidad sacamos
de dar el pecho a los sañudos males?
¿Ni qué placer hallamos
en angustias mortales?
Venga el vino sabroso, 
que no hay mejor remedio a los dolores
que beodo y gozoso
disfrutar sus favores





Safo de Lesbos


Safo fue una poetisa lírica griega, nacida aproximadamente en el año 620 A.c. Aunque no se sabe mucho de su vida, se dice que perteneció a una familia noble y fue contemporanea del poeta lírico Alceo. Los fragmentos de sus poemas que aún se conservan, indican que ella enseñó arte, filosofía y letras a un grupo de mujeres jóvenes.
 Safo se convirtió en un símbolo de amor y un modelo de la libertad sexual que alarmaba a la sociedad primero por el hecho de que era una mujer poeta y segudo por su amor abierto a las mujeres.
Por la  naturalidad y pureza de sus versos se cree que era una mujer femenina, delicada y espiritual. Safo fue la primer mujer en escribir poemas de amor, ella combinaba lo agridulce de las experiencias amorosas, también es conocida por asociar los elementos de la naturaleza como las estrellas o la luna con el amor o para hacer descripciones de la belleza.                                                                                                                                                                                                    
Una de sus obras más destacadas es Oda a Afrodita, en la cuál Safo, hablando en primera persona, le pide a la diosa que le otorgue los amores de alguien.

Ubicación de la isla Lesbos




























Oda a Afrodita:


¡Tú que te sientas en trono resplandeciente,                                           
inmortal Afrodita!
¡Hija de Zeus, sabia en las artes de amor, te suplico,
augusta diosa, no consientas que, en el dolor,
perezca mi alma!
Desciende a mis plegarias, como viniste otra vez,
dejando el palacio paterno, en tu carro de áureos atalajes.
Tus lindos gorriones te bajaron desde el cielo,
a través de los aires agitados por el precipitado batir de
sus alas.
Una vez junto a mí, ¡oh diosa!, sonrientes tus labios
inmortales,
preguntaste por qué te llamaba, qué pena tenía,
qué nuevo deseo agitaba mi pecho,
y a quién pretendía sujetaras con los lazos de mi amor.
Safo, me dijiste, ¿quién te agravia?
Si te rehuye, pronto te ha de buscar;
si rehúsa tus obsequios,
pronto te los ofrecerá aunque no quiera ella.                                    
Si ahora no te ama, te amará hasta cuando no lo desees.
¡Ven a mí ahora también, líbrame de mis crueles tormentos!
¡Cumple los deseos de mi corazón, no me rehúses tu
ayuda todopoderosa!
Me enamoré, Athis, de ti, hace mucho tiempo
y me parecías sin gracia, como una pequeña niña.
Sé que más tarde alguien se acordará de nosotras.
Como el viento desenfrenado que en las montañas
cae sobre los bosques, el amor estremece mi ser.
No puedo decidir: hay en mí dos almas.
Hiciste bien en venir, pues te anhelaba
y desfallecía por este deseo que incendia mi alma.